martes, 28 de septiembre de 2010

EL SER HUMANO Y LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD.



En busca de un tema para la actividad de aprendizaje de esta semana, encontré un tema que me parece de intereses, siendo este el relacionado con la ciencia y la búsqueda de la verdad, en este sentido considero que independientemente de la rama de conocimiento sobre la que deseemos profundizar, no debemos perder de vista  que cualquiera que sea la ciencia sobre la que deseemos profundizar en el conocimiento, no puede perder de vista una concepción integral sobre lo que es el hombre y su razón de ser en el mundo.

 Al hombre, necesariamente tenemos que concebirlo en sus tres realidades: material, racional y espiritual. Como consecuencia de la emergencia del positivismo, han merecido especial atención nuestras realidades material y racional con desmedro de la espiritual. La misma filosofía ha sido relegada a un segundo plano dado que en algún momento se mostraban más atractivas el pragmatismo y el materialismo de la ciencia.

 La ciencia robustece nuestro cuerpo y mente; pero, no nos llena espiritualmente. No nos ayuda a desarrollar nuestras cualidades espirituales: amor, solidaridad, honestidad, humildad, justicia, etc. Para atender a estas necesidades es importante que la ciencia no esté sola: debe ir acompañada de la filosofía, de la moral, de la religión.
       El investigador debe ser un buscador de la verdad y por ello es necesario que esté consciente sobre la unicidad de la verdad. La verdad es una sola. No hay varias verdades. Lo que sucede es que hay una variedad de perspectivas respecto de una misma verdad. A esta verdad única hay que acercarnos tanto mediante la investigación científica como mediante el que hacer filosófico. Lo ideal es que ciencia y filosofía vayan de la mano.
Mediante la investigación científica buscamos la verdad contingente, la verdad en el tiempo y en el espacio. En cambio, mediante la filosofía buscamos la verdad ideal. La ciencia, se preocupa del ser; la filosofía, del deber ser. Gracias a la filosofía descubrimos o construimos los principios que orientan nuestra actitud como investigadores. La verdad ideal nos dice cómo deberían ser las cosas, nos proporciona una visión, basada en principios, de la futura situación que quisiéramos lograr, una visión de lo que debería ser aún cuando en el presente no lo sea.
Necesitamos tanto de la verdad contingente como de la verdad ideal. La primera nos acerca a la realidad, mientras que la segunda nos proporciona los valores para juzgar esa realidad y calificarla de buena o mala y si es mala, aspirar a su transformación. Esta relación entre realidad y valor; entre el ser y el deber ser, es lo que se llama dualismo metodológico.


Por otra parte
¿Cuantas veces hemos oído o dicho “Se cree en posesión de la verdad”? Y eso es porque la verdad tiene diferentes percepciones, en cuanto le añadamos honestidad y sinceridad, ya estamos dando parte de nuestro parecer, de nuestro sentir.


Si a la realidad le añadimos sinceridad, podremos estar más cerca de la verdad, pero ¿somos siempre sinceros? No siempre decimos lo que pensamos con sinceridad, por lo que la verdad moral esta lejos de ser una regla y no la excepción o ¿Ustedes que opinán?

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